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Posts Tagged ‘maternidad’

 

La idea de la serie Mamás que me inspiran es dedicar un post a mujeres que voy encontrando en mi camino como “bloguera” y explicar qué es lo que admiro de ellas: su estilo de vida, el trabajo que realizan o las reflexiones que me sugieren. Todas son fuente de inspiración para mí y detenerme en ellas supone también un acto de homenaje y agradecimiento.

número 3.

Se llama Luisa

Vive en Valencia

Es la mamá de Laia, que nació el 23 de abril del año pasado. Laia tiene dos mamás: Luisa y Núria.

 

Su blog es : www.mamaymama.blogspot.com

Me inspira…

…porque su blog y su experiencia ha sido de gran importancia para nuestro propio viaje hacia la maternidad. Empecé a leerlo cuando la amatxo y yo comenzábamos a pensar en la posibilidad de ser mamás. Lo primero era decidir: cómo, cuándo, quién. Con las cosas un poco más claras  había que arrancar, cruzar los dedos y ponerse en manos de la medicina y la burocracia. Por suerte teníamos algunas parejas amigas que nos llevaban la delantera en el proceso y pudimos machacarlas a preguntas. Pero las dudas y los miedos eran muchos así que buscábamos información como locas. Y así llegué hasta mamaymama.

Desde hace años Luisa es activista a favor de los derechos LGTB (Lesbianas Gays Transexuales y Bisexuales)  y actualmente lleva la coordinación del Col·lectiu Lambda. Tiene otro blog personal en el que recoge sus experiencias como militante pero en mamaymama, espacio compartido con Núria, el punto de vista es claramente personal. Aunque ambas facetas sean difíciles de separar.

 

Admiro la valentía de Luisa al compartir a través de su blog una experiencia tan intensa, estresante e íntima como es decidir ser madre buscando vías que no son las convencionales e iniciar junto con su pareja -que tampoco es la tradicional- un proceso de reproducción asistida.

En el camino aparecen elementos relacionados con lo emocional, lo médico, lo social, lo económico… Y de todo ello hablan en el blog. No se trata en absoluto de un deseo de exhibición narcisista sino más bien al contrario. Pretenden informar y facilitar las cosas a otras mujeres que estén en su situación para que no tengan que empezar desde cero.

Considero de gran valor los post en los que Luisa intenta explicar sus sentimientos como madre no gestante, algo tan escondido y difícil de compartir por falta de referentes. Pienso que no estaría mal que alguien se animara a recoger, nombrar y visibilizar estas experiencias.

La fuerza y la tenacidad de Luisa y Núria también son dignas de admiración. Hasta que llegó la pequeña Laia recorrieron un largo y complicado camino. Como dicen ellas, todo ocurrió después de un año y medio, seis intentos, un aborto y 13.000 euros. Finalmente, tras una fecundación in vitro, consiguieron el deseado embarazo.

El lado más «político» de Luisa incluye su gran capacidad de comunicar y facilitar la creación de redes de apoyo. Gracias a ella tuvimos acceso a información difícil de conseguir. De gran ayuda fue, por ejemplo, la Guía para trámites administrativos que facilita toda la burocracia que rodea al hecho de tener un bebé en una familia como la nuestra.

De cara a la sensibilización social es impresionante su trabajo como activista a favor de la visibilidad de la diversidad familiar. Una de las últimas iniciativas en este sentido que ha dado a conocer a través de su blog se llama Familiarízate y merece la pena echarle un vistazo.

 

 

Me dejo muchas cosas en el tintero (en el teclado?). Siempre que termino alguno de los post de esta serie me quedo con la sensación de que no les hago justicia del todo a mis «musas».


Para terminar, lo que Luisa me respondió cuando le pedí que completara las siguientes frases:

LA MATERNIDAD ES… Teniendo en cuenta que la maternidad ha sido históricamente un hecho totalmente descartado socialmente para las mujeres lesbianas por la ausencia del hombre en sus vidas, cobra especial importancia para nosotras. En mi caso, que soy una mujer que supera (aunque por poco) los cuarenta, era algo que no contemplaba en mi proyecto de vida, había renunciado a ello. Pero todo cambia en el año 2005. La posibilidad de poder ofrecerle a mi hija/o los mismos derechos que el resto de niños/as y compartir plenamente la maternidad con mi mujer sin discriminaciones, incorpora en mis deseos el de ser madre y poder así hacer abuelos a mis padres y tíos a mis hermanos.

Ser madre es la experiencia más intensa y plena que he vivido, compartir la vida de mi hija me ha llenado de un amor impensable e imposible de explicar.

MIS HIJA ES UNA FUENTE DE INSPIRACIÓN … Mi hija Laia es ahora mismo la fuente de la que emana cada pensamiento, cada sentimiento y cada emoción que surge de mí.

UNA MAMÁ A QUIEN ADMIRO ES… Mi mayor fuente de inspiración es mi madre, una mujer con un gran deseo de ser abuela y que, desgraciadamente, no ha podido conocer a su nieta. Mi madre, como la mayoría de las madres de su generación, son mujeres con una gran capacidad de lucha que han tenido que vivir situaciones que seríamos incapaces de soportar en la actualidad.

Mi madre es una de esas mujeres que dedicó su vida a cuidar de los demás hasta su último aliento, y todo ello sin manuales, tutoriales, redes ni cursos, por pura intuición. Y aunque jamás llegaré a ser la matriarca que ella fue, intentaré ser para Laia la mejor madre como ella lo fue para mí.

Otras mamás que me inspiran sobre las que he escrito antes:

número 2. Nora

número 1. Lamima

Presentación de la serie

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La idea de la serie Mamás que me inspiran es dedicar un post a mujeres que voy encontrando en mi camino como «bloguera» y explicar qué es lo que admiro de ellas: su estilo de vida, el trabajo que realizan o las reflexiones que me sugieren. Todas son fuente de inspiración para mí y detenerme en ellas supone también un acto de homenaje y agradecimiento.

número 2.


Se llama Nora

Su trabajo como diseñadora de moda la llevó a lugares como Barcelona -donde colaboró con Josep Font– o París -ciudad  donde trabajó para grandes nombres como Hermès o Lolita Lempika.

En 2006, después de volver al País Vasco, se lanzó a desarrollar su propia firma y ahora acaba de abrir las puertas de una  tienda en Donostia.

Vive en Usurbil, un pequeño pueblo de Gipuzkoa

Es la mamá de Anuk (4 años) y Alain (1 año y medio)

Su web es www.noraizagirre.com

Me inspira porque…

Nora y yo tenemos relación a través de la amatxo desde hace 8 ó 9 años pero no ha sido hasta  instalarnos en el País Vasco que la he conocido más a fondo. Más allá de una deslumbrante carrera en el mundo de la moda es su manera de vivir la maternidad lo que me fascina de ella.

Con mucho esfuerzo, honestidad y un saber estar que mantiene sus pies bien anclados en la tierra («esta» tierra en concreto) Nora consigue cada día hacer compatible una vida profesional plena con la dedicación a su familia.

Hasta llegar al punto dulce que disfruta en la actualidad Nora ha ido optando entre diferentes caminos y tomando decisiones importantes. Quizas una de las que tuvieron más peso fue volver a Gipuzkoa en lugar de seguir en París o aceptar propuestas que entonces le llegaban desde otras grandes ciudades europeas.

Tal y como ella lo explica, sin embargo, la decisión no fue difícil ya que siempre había tenido claro que éste era su sitio. Estando fuera las posibilidades de promoción y reconocimiento profesional eran mayores y ella es ambiciosa respecto a su trabajo pero también lo es respecto a su vida personal. Teniendo ambas cosas en cuenta el año 2000 regresó a casa.

Basta conocer un poco a Nora para poder entender este movimiento que a mucha gente le parecería un suicidio profesional. Si hay algo potente en ella es el equilibrio entre el deseo de volar, de aprender, de estar al día y un fuerte arraigo a sus orígenes: familia, paisajes, imágenes… que nutren su universo creativo tanto o más que la inspiración que viene desde las pasarelas internacionales.

Nuestra conversación para hacer este post giró sobre todo en torno a la maternidad, un tema del que  antes le resultaba muy difícil hablar pues pertenecía a su mundo más íntimo y privado. Ese pudor cambió radicalmente cuando se quedó embarazada de Anuk (anteriormente tuvo un embarazo que no salió adelante). Recuerda esa época como un tiempo de felicidad absoluta. Fue entonces, estando embarazada, cuando creó su primera colección.

Con Anuk

Nora es una persona práctica y resolutiva. Si algo me agobia, actúo- dice. Para poder dedicar más tiempo a estar con su hija dejó todos los trabajos que tenía para otras marcas y se centró solo en lo suyo. Paradójicamente, el hecho de ser madre le animó a tomarse más espacio y tiempo para diseñar y desarrollar su propia firma.

 

(Las siguientes prendas pertenecen a su colección otoño-invierno de este año)

 

 

(Un rincón de su tienda en Donostia)

Nora recuerda el primer año con Anuk como

vivir en una burbuja, completamente feliz. Paseábamos mucho, íbamos a sesiones de masaje para bebés… Descubrí una nueva faceta mía mostrándole fácilmente a mi hija todo el cariño que sentía por ella, algo que hasta entonces me costaba exteriorizar. Leí en profundidad a Laura Gutman y le saqué mucho jugo a sus libros.

Hoy en día la organización cotidiana de su trabajo depende de los horarios de sus dos hijos. Trabaja sobre todo por las mañanas, cuando ellos están fuera. Se mete en su  pequeño estudio  y allí dibuja, consulta revistas, responde correos y llamadas. Actualmente, además de la colección del próximo invierno, también se dedica a otras cosas como dar los últimos retoques a la decoración de su tienda o preparar una serie de camisetas serigrafiadas.

 

Si necesita airearse un poco baja a tomar algo -cuaderno y teléfono en mano- en una cafetería que está al lado. Y cuando Alain llega de la haur eskola, Nora todavía puede aprovechar la siesta del pequeño para seguir trabajando un poco hasta que va a recoger a la mayor.

 

Las tardes las dedica por completo a sus hijos. Aparca el trabajo física y mentalmente, algo tan difícil de conseguir. Nora es capaz de desconectar y estar en cada momento allí donde se encuentra. Si ya es difícil hacerlo con cualquier trabajo entiendo que lo es aún más si se desarrolla una actividad de tipo creativo. Está claro que su cabeza está permanentemente ideando y relacionando cosas que luego podrá usar para sus colecciones. Pero luego llega ese momento en que dice: «vale, tengo una hora y media. A diseñar!». Y exprime los minutos al máximo.

Otra de las cosas que me inspiran de ella es la manera en que trata y se relaciona con sus hijos. Su estilo de crianza está muy basado en la libertad y el respeto. No solo es algo que ella plantea directamente cuando hablamos sino que salta a la vista en cuanto pasas algo de tiempo con su familia.

Trato a mis hijos como deseo que me traten a mí. No me gusta que me organicen la vida, necesito mi espacio. Necesito sentirme libre y esa misma libertad es la que intento darle a ellos. Siempre hay que poner límites, es cierto, pero lo que más me importa es que estén a gusto, verles felices.

Anuk, de 4 años es muy tímida e independiente y Nora intenta respetar su manera de hacer las cosas dejando que vaya encontrando su camino para relacionarse con los demás de la forma en que se sienta más cómoda. Le encanta pintar, cantar y bailar (entre amigos) y jugar en el agua.

Mayo 2010

Alain, de año y medio, está en plena fase de exploración. Trepar le vuelve loco y su madre trata de no poner freno a ese deseo de conocer «qué hay más allá» o «más arriba». El resultado son algunos coscorrones más de la cuenta… y un crío feliz. También disfruta con los cuentos y con los animales.

Mayo 2010

Para alguien como yo -que tiendo a darle mil vueltas a las cosas en la cabeza  y soy más bien controlona y asustadiza- Nora es un espejo en el que veo reflejada  (a la inversa) mi  manera de estar con Martina, donde el miedo y el deseo de protección ocupan un lugar tan importante.

 

Para terminar, lo que Nora me respondió cuando le pedí que completara las siguientes frases:

LA MATERNIDAD ES… una manera de acercarse a entender lo que son la vida y la muerte. Algo muy intenso que te ofrece la gran oportunidad de seguir aprendiendo.

MIS HIJOS SON UNA FUENTE DE INSPIRACIÓN … constante, son ellos los que me enseñan a mí. Me hacen evolucionar. Estar a su lado supone hacer cosas que exigen esfuerzo, respeto, trabajo personal… Ser madre te pone frente a situaciones nuevas cada dos por tres: en la familia, con tu pareja, con los amigos… Con mis hijos estoy aprendiendo constantemente.

UNA MAMÁ A QUIEN ADMIRO ES… Maite, mi madre, un pilar fundamental en mi vida. Me inspira fuerza y seguridad. También mi amona Teresa (su abuela materna) con quien siempre he tenido una relación muy especial. De pequeña me pasaba horas con ella en la cocina, mirándola o cocinando juntas.

Por qué irme más lejos a buscar algo que tengo tan cerca!

 

He podido escribir este post después de una intensa mañana de cafés y conversación con Nora, un lujo que me encantaría poder disfrutar con todas mis «musas».

 

Otras mamás que me inspiran sobre las que he escrito antes:

número 1. Lamima

Presentación de la serie

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La idea de la serie Mamás que me inspiran es dedicar un post a mujeres que voy encontrando en mi camino como «bloguera» y explicar qué es lo que admiro de ellas: su estilo de vida, el trabajo que realizan o las reflexiones que me sugieren. Todas son fuente de inspiración para mí y detenerme en ellas supone también un humilde acto de homenaje y agradecimiento.

 

número 1.

 

Se llama Inma

Vive en Zaragoza

Es la mamá de Daniel y Ainhoa

Su blog es Lamima

Empezó a escribirlo en 2006, cuando su hija pequeña tenía casi dos años, buscando

una válvula de escape; un lugar donde completar todos los sentimientos que bullen en mí y a mi alrededor. Donde observar la vida desde sus múltiples ángulos.

Me inspira porque…

LLegué a su blog en un momento bastante oscuro para mí. M. era todavía muy pequeñita y estábamos en plena vorágine de visitas y pruebas médicas para concretar cual era el orígen de su debilidad muscular. En mi angustia, yo pasaba mucho tiempo navegando por internet buscando posibles enfermedades que presentaran los mismos síntomas que tenía entonces mi hija. Una locura!

Acababa de estrenarme como madre y mi experiencia no era ni de lejos como había imaginado. Me costaba compartir cómo me sentía y no me veía reflejada en las madres recientes con las que podía hablar. Así que también buscaba  en la red a otras  personas que hubieran pasado por un choque similar al nuestro relacionado con la salud de su bebé. Necesitaba conocer cómo se manejaban con sus emociones y sus miedos pero, sobre todo, saber que ellas y sus hijos eran felices. Que tenían una vida familiar y social plena. Y así encontré a Lamima.

Hasta hace unos meses no tenía ni idea de lo que era la acondroplasia. Y una de las razones por las que admiro a Inma es por cómo afronta el tema, de cara. Al leer cómo ella lo explicaba entendí que había mucho trabajo personal y mucho amor detrás de sus palabras:

aquí tenéis el origen de todo: se llama Ainhoa, es mi segunda hija, mi princesa y tiene acondroplasia. No corráis a teclear en google, yo os lo aclaro: es enana.

No voy a entrar en este momento a describir lo que supuso para nosotros saber que ella era «especial». Como podréis imaginar, durante un tiempo nos vimos dentro de un túnel oscuro sin salida, sin consuelo. Quien tenga un hijo con problemas sabrá entenderme.

Afortunadamente hemos sabido y podido recapacitar, tomar aire y enfrentar el problema. Evidentemente nos queda mucho por asumir pero, como ocurre en estos casos, la experiencia de los demás te ayuda a caminar y a veces hay que dejar que el tiempo vaya poniendo cada cosa en su sitio.


Otra de las cosas que he aprendido a través de Lamima es a mirar la discapacidad desde el punto de vista social más que físico. Cuando Inma habla de Ainhoa subraya la importancia de esta perspectiva.

Yo no era del todo consciente de hasta qué punto el desconocimiento y los prejuicios van de la mano en la manera en que miramos y nos relacionamos con las personas. Las diferencias nos asustan. Y Lamima me hizo mirar de frente mis propios temores e ideas preconcebidas respecto a las dificultades que pudiera llegar a tener mi hija.

Estudié Antropología Social y se supone que «la diferencia» es nuestro objeto de estudio. Además, nuestra familia se maneja con esta cuestión desde antes de que naciera M. Y aún así yo misma recurría a los tópicos en relación al futuro de M., que imaginaba lleno de nubes negras.

Echar un vistazo al blog de Inma basta para darse cuenta de que hay mucha vida y mucha felicidad en esa familia de manera que, sí, ES POSIBLE.

En Lamima también se pone en primer plano la cuestión de la belleza, un tema que sugiere infinitos interrogantes. Son muchas las cosas que se podrían decir respecto a esto: que la belleza es relativa, que es una construcción cultural, que está en el interior, que nuestra sociedad la sobredimensiona… ¿Quién decide lo que es la armonía estética? Solo escribir sobre esto llevaría demasiadas líneas y ya me estoy alargando mucho. En cualquier caso, alguien se atrevería a decir que Ainhoa no es preciosa?

Solo como apuntes, otras reflexiones que me surgen leyendo a Inma:  cómo abordar con nuestros hijos el tema de «su diferencia», sobre la vivencia de los hermanos y hermanas de un niño con discapacidad, sobre la importancia de las redes de apoyo o sobre el hecho de escribir un blog.

Ainhoa y Daniel, 2006.

Una de las constantes del blog es la lucha contra el enanismo como espectáculo. Parece mentira que hoy en dia siga existiendo algo así y admiro la fuerza de esta mamá para combatirlo.

Lamima habla sobre la familia de Inma y también sobre las cosas que a ella le gustan y le hacen feliz (la lectura, el cine, los amigos, los libros ilustrados), sus intereses (el arte, la política), sus vías de escape (la naturaleza, ir a la montaña, la fotografía).

Escultura de Juan Muñoz

Para terminar, lo que Inma me respondió cuando le pedí que completara las siguientes frases:

LA MATERNIDAD ES… una parte de la vida. Seguramente la única capaz de sustituir lo que sería la nuestra.

MIS HIJOS SON UNA FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA MÍ PORQUE… son dos personitas al margen de ser mis hijos. Y tienen sus intereses, sus filias, sus fobias… y me permiten, ambos, ver el mundo de otra forma.

UNA MAMÁ A QUIEN ADMIRO ES… por ejemplo Carmen Alonso Álvarez, coordinadora de la Fundación Alpe Acondroplasia, porque es un poco madre de todos los niños con acondroplasia que llegan a la fundación.

Pero también admiro a Inma, mama de Daniel, a Anamá madre de Violeta… y a todas esas madres de hijos diferentes que saben ponerse en marcha para ayudarles y que sonríen todo lo que pueden. Siempre.

(Todas las fotos que aparecen en esta entrada son del blog de Inma. Gracias por dejármelas… y por todo lo demás!)


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Ando con la sensación de que esto del blog se me está yendo un poco de las manos. Hay días que tengo la cabeza tan efervescente con ideas nuevas que la falta de tiempo para sentarme frente al ordenador llega a agobiarme. Algunas de estas novedades van tomando forma y para otras estoy en manos de mi ángel de la guarda tecnológico, cuando él me pueda dedicar un rato también arrancaremos con todo lo demás.

Quizás esta euforia bloguera se me pase con el tiempo y mi lista de proyectos quedará en agua de borrajas, no sé. De momento, os cuento que quiero empezar una serie de entradas dedicadas a mamás que son fuente de inspiración para mí.

Hace unos años, en plena explosión de mi conciencia y militancia feminista, estuve estudiando en un departamento de estudios de las mujeres en Utrecht (Holanda). En uno de los cursos nos propusieron el ejercicio de escribir el hit parade de las 10 mujeres que más admirábamos y explicar por qué. En mi lista el primer lugar lo ocupaba mi madre y le seguían otras como la escritora nicaragüense Gioconda Belli o la antropóloga mexicana Marcela Lagarde. Aunque una cosa no tenga que ver con la otra, sí están relacionadas de algún modo para mí a nivel personal.

Por otro lado, me interesa mucho el tipo de redes que se crean entre mamás on-line. La diversidad de nuestras familias, situaciones profesionales, relación con nuestros hijos e hijas… está presente en la red igual que en la calle y durante los meses que llevo escribiendo este blog me ha sorprendido observar «quién se junta con quién», «quienes interesan a quién y quién no», etc.

En conclusión: la idea es dedicar un post a cada una de estas mujeres que voy encontrando en el camino y explicar qué es lo que admiro de ellas: su estilo de vida, el trabajo que realizan o las reflexiones que me sugieren. Y procuraré centrarme de manera especial en su modo de entender la maternidad.

En principio, pienso en mamás que tienen presencia en internet, bien porque escriben un blog o tienen una web, o una tienda on-line… para que sea posible seguirles la pista después. Pero quizas en algún momento os hable de alguien a quien no podréis encontrar vía internet.

No sé qué saldrá de aquí pero empiezo el proyecto con muchas ganas e ilusión, hoy por hoy eso me basta. No pretendo llevarlo a cabo con rigurosidad científica sino puramente intuitiva y emocional. Estas mujeres son para mí fuente de inspiración y detenerme en ellas supone también un humilde acto de homenaje y agradecimiento.

Próximamente en sus pantallas, espero que les guste.

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En la sesión de fisioterapia de hoy M. ha estado haciendo ejercicio montada en una de esas mini-motos que se desplazan pateando en el suelo. Seguro que las conocéis porque están bastante de moda, al menos en nuestro pueblo. En casa tenemos una muy pequeñita con la que M. puede empujar facilmente apoyando toda la planta de los pies.

La que tenían esta mañana en rehabilitación era unos centímetros más alta, lo suficiente para que ella notara la diferencia. LLegaba al suelo solo con la puntita de los pies y avanzaba despacio, perdiendo el equilibrio. Ha estado a punto de caerse varias veces y cada una de ellas a mí se me tensaba todo el cuerpo y tenía que contenerme para no correr a sujetarla (unas veces asisto a las sesiones y otras no, hago según me digan).

Al final, la niña no ha querido continuar con la moto. Después de bajarla, la fisio se ha sentado con ella y ha estado explicándole lo siguiente:

– «Sabes una cosa, M.? Cuando yo era pequeñita como tú me caía un montón de veces. Y no pasa nada. Luego te vuelves a levantar y sigues con lo que estabas haciendo. Tienes que perder el miedo a caerte»-

Las palabras estaban dirigidas a la niña pero también a mí, claro. Luego me ha dicho:

-«También sería bueno que vosotras (la amatxo y yo) no tengais tanto miedo a que se caiga. Tiene que caerse»-

Joe, vaya lección, y qué razón tiene.

Me he quedado el resto del día sin poder quitármelo de la cabeza. Hasta qué punto transmito a mi hija mis propios miedos? Qué parte de su fragilidad es real y cual está en mi mirada? Es la fuerza muscular determinante al 100%? Cómo le influyen la confianza o el temor que sentimos hacia ella quienes la queremos? Quién es más débil, ella o yo?

Dejo aquí la reflexión, para no olvidarla y, como siempre, para seguir avanzando. Gracias por escuchar.

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Cuando el viernes fui a recoger a M. a la haur eskola una de las educadoras me explicó que la peque había pasado un mal día. Que había estado bastante triste, pidiendo que la cogieran en brazos y llorando cada dos por tres. También me dijo que había tenido un rifi-rafe con una de sus compañeras y que la otra le había mordido.

Atendí a mi hija que estaba encantada de verme y de que me la llevara a casa,  no le dí muchas vueltas a la conversación. Me parece normal que los críos se peleen entre ellos, que tengan compañeros que les gusten más y otros que les gusten menos, todo eso. Pero cuando por la tarde desnudé a M. para meterla en el baño casi me echo a llorar al ver las marcas que tenía en el brazo. Desde luego, aquello era un buen mordisco!

En esos momentos me invadieron de golpe un montón de sentimientos encontrados. Ante todo, las ganas de mimar y abrazar a mi chiquitina hasta el infinito. Pero luego también otras sensaciones que ya me rondaban de antes y que ante una situación así se pusieron en primer plano.

Dejamos a un lado el -políticamente incorrecto- deseo de venganza, vale?

Ya sé que esto son «cosas que pasan» a todos los críos. Pero M. es una niña físicamente más frágil que los otros de su edad, tiene menos fuerza muscular y dificultades para desplazarse y defender su espacio haciendo uso del cuerpo. Una parte de mí siempre tiene miedo de que le hagan daño, que le quiten los juguetes, que se caiga, que sufra y se sienta frustrada. Esa mamá quisiera hacer todo lo que esté en su mano para ser un escudo entre la peque y un mundo demasiado agresivo.

Otra parte de mí sabe a ciencia cierta que sobreprotegerla es una mala solución que puede impedir que M. busque, encuentre y desarrolle los recursos que ella tiene, que son muchos. El lenguaje, la capacidad de comunicarse, la expresividad. Y también el ritmo y el sentido musical. Estos son los que más me fascinan en estos momentos.

Además de una mamá temerosa también puedo ser una mamá confiada. Me ha costado colocarme en este punto pero creo plenamente en las capacidades de mi hija. Sé que ella encontrará su manera de llegar allí donde desee y nosotras haremos todo lo posible para ayudarla. Lo más difícil es cuando para permitirle crecer y avanzar en su camino tienes que retirarte. Dejar que se mida con los otros niños para que pueda conocer los límites de su cuerpo y desplegar otras estrategias a la hora de defender su territorio.

Encontrar la justa medida, esa es la cuestión. Colocarnos en un punto tal que ella sepa que siempre estaremos allí pero que le deje espacio suficiente como para llegar a no necesitarnos en muchos sentidos.

En esas estamos.

Feliz domingo y buen comienzo de semana!

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Viernes, por fin. Ha sido una semana dura por los madrugones, los cambios de horario y la adaptación en la Haur Eskola. Después de la super siesta de M. (casi 3 horas!) hemos ido al parque un rato y de ahí a la plaza, a sentarnos en una de las terrazas para tomar algo y «estar con la gente».

Tengo pendiente un post sobre mi experiencia como urbanita posmoderna recién instalada en este pueblo entre montañas. Todo llegará. De momento os cuento que el plan que hemos hecho esta tarde es todo un clásico aquí. Y que lo de «estar con la gente», saludar, sacar una ronda, ponerse al día, jugar con los niños, hablar de personas que no están, etcétera, es un básico imprescindible para integrarse. La mayoría de las veces me encanta, aunque también hay momentos en que echo de menos el anonimato de la gran ciudad y poder cambiar de itinerarios.

Una de las cosas que más me gusta de criar a mi hija en un pueblo es que aquí los niños son un poco cosa de todos. Sabes que si la pierdes de vista durante un rato seguro que alguien está controlando que no se caiga. Y, al revés, que en cualquier momento un pequeñajo del que no recuerdas su nombre te puede tirar del pantalón para pedirte agua.

Hoy la plaza estaba llena de críos, también los más pequeños que se arrastran por el suelo, o intentan gatear o ya se incorporan buscando apoyo para dar unos pasos. Es una gozada mirarles y ver las estrategias de cada uno para conseguir desplazarse.

Según nos han explicado, en el desarrollo motor de los bebés la sensibilidad es tan importante como la fuerza muscular o el equilibrio. Para que M. pueda tener el máximo de sensaciones a través de sus pies la llevamos descalza siempre que podemos. Pero ahora que empezará a hacer frío hay que buscar otras alternativas.

Existen unos zapatos que me parecen ideales en este sentido. Se llaman Soft Star y están hechos en piel de manera artesanal y buscando que se adapten a la perfección para permitir una gran sensibilidad y facilidad de movimiento.

Pueden comprarse on-line en la web de la marca  pero creo haberlos visto también en algunas tiendas. Me parecen una delicia y los quiero encontrar para M., a ella también le van a gustar.

Solo os enseño fotos de algunos modelos para niños, pero también los hacen para adultos.

Como veis, palabras como desarrollo motor, caminar, movimiento… son y serán una constante en este blog. Quienes me siguen ya sabrán por qué.

Aquellos que prefieran para los pies de sus peques un rollo puramente urban style también están de enhorabuena porque la marca de zapatillas Vans acaba de sacar una colección para los más pequeños de la casa. También son chulas, no? Cada uno con su estilo… y a correr!

(Visto en Naif Magazine)

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Mi deseo de ser madre comenzó a tomar forma poco después de cumplir los 30, primero de forma tímida y luego alimentado por montañas de energía y ternura acumulada. Fue durante ese proceso y después, durante el embarazo de mi hija,  cuando me convertí en asidua lectora de blogs: blogs sobre crianza, blogs de mamás lesbianas como nosotras, blogs de mamás creativas, de mamás viajeras… La verdad es que mi experiencia de la maternidad está ligada a estos espacios, que me han acompañado desde que empecé a pensar en mí misma como posible mamá. Sin embargo, y aunque siempre anduve fantaseando con la idea de hacerlo, nunca me atreví a abrir uno. Hasta ahora!

Antes de que naciera nuestra pequeñita escuchamos en muchas ocasiones el típico comentario sobre lo mucho que te cambian la vida los hijos. Aunque creíamos estar preparadas y dispuestas a adaptarnos a esos cambios la verdad es que no teníamos ni idea de qué supondrían en nuestras vidas.

M. nació el 7 de mayo de 2009. Cuando rompí aguas el Barça acababa de marcar al Chelsea el gol que le llevaría a la final de la Liga de Campeones y las calles de Barcelona rebosaban de gente eufórica. No somos futboleras pero con el Barça tenemos un no-se-qué especial, sí.

Luego las cosas se nos pusieron difíciles porque la cría llegó con una hipotonía (debilidad muscular) marcada y pasamos casi un año de pruebas y terrible incertidumbre hasta saber que tiene una enfermedad muscular. Hoy por hoy seguimos una intensa rutina de visitas médicas pero aún no tenemos un diagnóstico del todo claro. La vida de la peque es como la de cualquier bebé de su edad con la diferencia de que su desarrollo motor va más lento de lo habitual.

Desde entonces han pasado 15 meses y sigo en periodo de adaptación. Cuando parece que voy cogiendo el ritmo ya está cambiando por otro y si consigo aprender cómo afrontar ciertas cosas enseguida aparecen unas diferentes que no sé cómo manejar. Pero así es la vida en realidad, no? Para víctimas del perfeccionismo y amantes de la organización la maternidad supone todo un reto, os lo digo yo. Por otro lado, M. me sorprende todos los días con algo nuevo, me fascina su capacidad para disfrutar de cada momento presente como si fuera el único y por tanto el mejor.

Tal y como lo veo no fue el hecho de parir a M. lo que me convirtió en su mamá sino más bien una sucesión de momentos, un proceso profundo y cotidiano donde cada paso me va enseñando a colocarme en este nuevo lugar.

Y esto no se para!

Queda oficialmente inaugurado el blog, bienvenidos!

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